ACERCA DE LAS AUTORAS

miércoles, 11 de enero de 2012

EL ESTILO REFLEXIVO DE OJO DE PEZ, NOVELA DE ANTONIETA MADRID

Liduvina Carrera


Las "Cámaras" o una autorreflexión de la novela

Las "Cámaras" presentes en la segunda novela de Antonieta Madrid, pueden ser ubicadas, según Maldavsky  (1974, p. 120) en una categorización con el predomino del estilo literario reflexivo. Este corresponde al sistema semántico nº l y jerarquiza los signos referidos a la percepción a distancia y a las transformaciones de los acontecimientos vitales en incógnitas abstractas, en los cuales los acontecimientos son considerados como datos, como miembros de clases. En tanto la observación se da a distancia, el planteo de incógnitas no está acompañado por el suspenso y la persona posee una percepción de la totalidad y de las partes incluidas en ellas. 

Para Vanesa Luder, la protagonista que escribe su novela bonsái, la pluma y la cámara son dos juguetes y por eso se deslizan hacia el interior de las cámaras (oscura, clara, abierta y pálida) para descubrir los trucos. Surge una relación intrincada entre la narradora implícita (Vanesa Luder), la autora de Ojo de pez (Antonieta Madrid) y las cámaras. Esa fusión hace que se conviertan en funcionarias de un aparato y de un mecanismo. La obra se complica cada vez más y se nutre por vías alternas para que el juego no termine. Como dice Flusser (l990): "la cámara debe ser capaz de producir una cantidad de fotografías que, ningún fotógrafo esperó jamás tomar. Una cámara bien programada nunca podrá ser completamente desentrañada por ningún fotógrafo ni por todos los fotógrafos juntos. Ella es (...) una caja negra" [p. 51]. 

Las escritoras/ funcionarias/ fotógrafas juegan con la caja negra (cámara oscura) y retan al lector, quien se une a ellas en las entradas y salidas de la pieza fotográfica novelística. Resulta, pues, un juego paradójico porque se conocen los mecanismos, las entradas y salidas a la pieza ficcional, pero existe el miedo a la oscuridad de la propia ficción: "en la CAMARA OSCURA una niña jura en la cámara oscura, una niña llora porque no ve, jura la niña en la cámara oscura" [p. 52]. Como resultado se observa que domina el juego pero no es competente para jugarlo. 

En el estilo reflexivo, la temática está constituida por un proceso de revelación de incógnitas. Como predomina cierta organización semántica relacionada con el sentimiento de la futilidad, prevalece la temática de una búsqueda fracasada de encuentro con objetos que pueden ser evocados con nostalgia. Vanesa se conecta con  un universo de fotografías cuya utilización constituye una incógnita por develar, pero no existe el suspenso. La novela presenta seis apartados muy cortos,  precedidos con el título de "cámaras oscuras". En cada uno de ellos va delineando la forma cómo se puede elaborar una novela y la "fotografía será el pretexto para la elaboración de un texto" (p. 15). En fotografía, la "cámara oscura" es el recinto o caja cerrada en una de cuyas paredes ennegrecidas por su cara interior se ha practicado un pequeño orificio circular por el que puede entrar la luz, se forma la imagen real e invertida de los objetos exteriores. Las "cámaras oscuras" de Vanesa presentan reflexiones sobre la escritura y sus misterios. 

La novela y sus "cámaras" exigen que Vanesa vea las fotografías y que escriba permanentemente. Da a conocer la complejidad estructural de su micro-novela-juguete, mientras escudriña nuevas propuestas lúdicas. Conocer el procedimiento del revelado, impide que el lector se pierda en las complejidades de las "cámaras" o habitaciones del revelado. 

En este nivel, el ideal consiste en alcanzar una cierta contemplación de inmovilidad sin compromiso vital: "novela bonsai para hacer en cama" (p.50), "mi novela será una novela hecha en cama y con el álbum a mano. Made in bed." (p.116). En tal situación se da una pérdida de límites personales, una fusión con la totalidad trascendente, con la cual el vínculo es predominantemente cognitivo, en términos de certidumbre-incertidumbre. Vanesa Luder ha perdido el amor de Fabio y está muy distante de los demás personajes; el contacto emocional amoroso no aparece en las "cámaras": "yo estoy sujeta a todas las vulneraciones, al propio efecto del aire, al peso de una mirada, al calor de una sonrisa" (p. 50); hecho que sí se podrá observar en el estilo poético de las "Residuas".  

En las "cámaras" podría observarse, sin necesidad de un acercamiento al sicoanálisis,  que predominan las esquizoidías (Maldavsky, l974. Pág 83), ya que prevalece la desconfianza y la necesidad de vigilar atentamente y en secreto a los demás: "Me gusta la gente. Me encanta metérmeles por dentro y hurgarlos. ¡Ah, qué placer cuando les sorprendo las miradas veladas de serpiente!” (p.23). Simultáneamente existe el intento de no exponerse a las demás personas: "abuela me pregunta qué tanto hago yo encerrada en este cuarto y por qué paso el seguro de la puerta ¿qué escondo? ¿qué hago aquí encerrada?. Finalmente, lucha por el logro de metas elevadas: "en cambio yo sí que necesito pisar sobre la tierra, hundirme, horadar, grabar los suelos a mi paso, dejar mis huellas bien marcadas y que digan: esto lo dijo Vanesa" (p. 23). 

El estilo reflexivo produce emociones "frías" en el lector, porque predomina la desconfianza, la incertidumbre, un cierto desapego con respecto a sí mismo y, en el fondo, una percepción de que la propia existencia es un punto insignificante dentro de un complejo preñado de incógnitas. Vanesa Luder escribe en la CAMARA ABIERTA: "el lector no tiene porqué identificarse con el autor, Un lector entero, independiente, crítico aunque algo cómplice es lo que se requiere" (p.139). 
Desde el punto de vista sintáctico se da una cierta precisión formal, despojada de indicios emotivos. Las descripciones se basan en criterios formales abstractos de carácter racional y los personajes se caracterizan por su tendencia a una aventura cognoscitiva. Es lo que se puede observar en las "cámaras" de la obra en estudio. Al respecto, se podría considerar esta novela como de autor o intelectual, según acuña la misma escritora en su obra Novela nostra  (1990).  

La novela de autor o novela intelectual nace con categoría de subcorpus, paralelamente con la reestructuración de la novela latinoamericana contemporánea, al incorporar, con intención experimentadora y, casi diría, con pretensiones científicas, el punto de vista del autor (p.47). 

Los escritores de la novela de autor o intelectual, pagaron un precio muy alto por esta experimentación, el de la incomprensión del público "kitsch". Al no hacer concesiones al lector burgués (lector  alondra, o lector -hembra, para Cortázar), corrieron el riesgo de convertirse en escritores "tabúes", en escritores "elitescos" y sobre todo en "escritores complicados', "difíciles de leer", "irritantes" y hasta "tremendistas", para los lectores, en fin, escritores experimentadores e investigadores. 

Una de las características que Antonieta Madrid señala a la novela de autor o novela intelectual es el cuestionamiento del género novelesco. Esta es, precisamente, una de las facetas observadas en las "cámaras" de la novela Ojo de Pez.  En la CAMARA OSCURA, Vanesa Luder observa que existen implementos para elaborar una novela y que ésta ha de tener: "argumento, personajes, acción y pasión y, obviamente, una anécdota central; tiempo y espacio, intertextualidad y sobre todo, verosimilitud" (p.50). 

Según Genette (1972): “en algunas ficciones existe una diferencia de nivel en cuanto a que todo acontecimiento contado por un relato está en un nivel diegético inmediatamente superior a aquel en que se sitúa el acto narrativo productor de dicho relato"  (p. 284). La redacción de Antonieta Madrid  de la novela Ojo de pez, es un acto literario realizado en un primer nivel, que se denomina extradiegético; y los acontecimientos contados en esa novela y que están en ese relato se califica como diegético o intradiegético. Por otro lado se consideran metadiegético los acontecimientos contados por Vanesa en su novela bonsái. De la misma forma, Vanesa-autora de la micro-novela es extradiegética y se dirige, pese a ser ficticia, a un público real y a su vez es intra diegética como protagonista de la misma ficción. 

La instancia narrativa de un relato primero es, pues, por definición extradiegética, como la instancia narrativa de un relato segundo (metadiegético) es por definición diegética, Vanesa escribe en LA CAMARA ABIERTA: "estaríamos frente a la necesidad de una novela que se vaya construyendo por capas superpuestas de escritura, como un esmalte, una segunda escritura que modifique la primera" (p.104). El carácter eventualmente ficticio de la instancia primera no modifica más esa situación que el carácter eventualmente "real" de las instancias siguientes: Vanesa Luder-escritora llega a ser un personaje en un relato asumido por  la misma Vanesa, autora ficticia de la novela bonsái. Ella se convierte en  personaje de su propio relato y escribe en LA CAMARA OSCURA: "Vanesa entre el álbum. Vanesa fuera del álbum. Vanesa en la cama escribiendo una novela-bonsai. Una novela pasmada, constreñida, fruncida. Una novela dentro de la novela" (p.116); "La niña miope/mujer-escritora, narradora de las fotografías del Álbum de la niña protagonista de la novela que trama traba trabaja la niña protagonista de las fotografías" (p.32). 
Antonieta es narradora-autora y como tal está en el mismo nivel narrativo que su público. No ocurre así con Vanesa -escritora quien no se dirige al lector de la macro-novela en LA CAMARA ABIERTA, sino al supuesto lector cómplice de la micro-novela que será "una novela que no encaje en las expectativas del lector convencional sino que lo coloque en situación de crisis" (p.104). 

Otra característica de la novela intelectual, presente en las "cámaras" de Ojo de pez  y que ejemplifican el estilo reflexivo de la misma es el auto cuestionamiento del autor como escritor. En la CAMARA OSCURA, Vanesa se pregunta: "¿Estaré escribiendo realmente una novela? Una novela que se escribe a sí misma (...) el duende me dicta y ya no puedo parar". (p.115). En la CAMARA  CLARA es aún más evidente el cuestionamiento de la autora-Vanesa-Antonieta: "¿Por qué me distraigo con estas disquisiciones sobre el escritor, lector, el libro vendido, leído y olvidado y el libro no vendido pero sí leído, disfrutado y recordado?  (...) el autor debería plantearse la complacencia hacia un público programado con suficiente antelación a la creación de la obra" (p.2). 

Un apartado muy interesante de precisar en cuanto al auto cuestionamiento de la escritora, está presente en la CAMARA OSCURA: "en la cámara oscura una niña jura que será escritora" (p.82).  En la CAMARA CLARA  vuelve a la idea de la niña-escritora: "Entonces se desdobla: niña-espía/mujer-escritora (...) se ha propuesto ser escritora y sabe que no es fácil" (p.162). Se recordará que Ciplijauskaité (1990 p. 69)  trata la concienciación de la mujer a través del acto de escribir. La escritura en forma de memorias o de autobiografía (y de esto no escapa Vanesa al escribir su novela bonsái) representa una indagación incesante no sólo sobre el acto mismo de escribir, ya observado en el cuestionamiento de la escritura, sino también como camino hacia el conocimiento de sí misma. Estas dos facetas se unen irremediablemente e igualan al ser con la palabra cuando se insiste en  la necesidad de crear un lenguaje específico para la mujer/escritora nueva. En la CAMARA CLARA, escribe Vanesa:   

Las anécdotas que conforman las vidas de Susana Almarza, Alfredo Luder y la hija de ambos, Vanesa, son presentadas al lector potencial, en dosis alternadas con reflexiones sobre la propia escritura de la novela, creada sin ánimo de entretener, ni irritar, sino de una forma fluida como van sucediendo en la película mental del "productor". (p.92). 

El proceso de concienciación por medio de la escritura entra como tema explícito en las diversas "cámaras" y está presentado como algo más fuerte que el mero deseo de construir una novela y como una incesante lucha por encontrar  la palabra justa. En LA CAMARA ABIERTA, la novel autora señala:  

 Ella escribe, escribe, escribe y corre...sobre patines, sin ningún esfuerzo, todo sale fácil, todo fluye...Comienza a flotar. Flota, flota, flota y escribe. Una no sabe si es la mano que se va sola  o si escribe bajo el dictado de una voz misteriosa Ella escribe, escribe y sabe que en todo el proceso, el placer debe predominar sobre el sufrimiento, el placer sobre el sufrimiento, el placer...el placer de jugar...el placer de simular...el placer de ser otra (p.38). 

La reflexión sobre el acto de escribir es otra de las características más significativas de esta nueva novela intelectual, o de autor, y resulta claramente observable en LA CAMARA ABIERTA: "¿Acaso se puede nacer escritor?. Los escritores nacen, no se hacen, es un decir. Me atrevería a afirmar que los escritores se hacen, no nacen (...) concluiré que los escritores nacen y se hacen. Los hace el trabajo: noventa y ocho por ciento de trabajo y dos por ciento de talento" (p.70). En LA CAMARA CLARA  comenta:  

Se obtienen dos clases de productos: uno enrevesado, complicado al máximo, raro, entreverado, retorcido, constreñido, disfrazado; el otro, simple, transparente, calcado, lineal.  ¿Por cuál decidirse? No hay término medio. Se trata de escoger, optar, elegir, adoptar, asumir, tomar postura, desenmascararse, irse al diablo de una vez. Pero se debe insistir, buscar la alquimia, el equilibrio perfecto, el yin/yang, el Opus Nigrum. (p. 62). 

En  todo caso, la erudición, el ludismo y la síntesis combinatoria son las características que principalmente definen a la novela de autor o intelectual, y sobre todo, aproximación experimentadora que con carácter de investigadora  utiliza Antonieta Madrid en su obra. De esta forma no es de extrañar que puedan ser evidentes las angustias de Vanesa a través de los sueños presentes en las CAMARAS PALIDAS: "Soñé que caminaba por un boulevard muy lujoso (...) Fabio ríe a carcajadas. Yo despierto" (p.170); "Soñé que un terremoto estremecía la tierra (...) hasta que desperté" (p.177).



REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 
Cirlot, J.-E. (l979) Diccionario de Símbolos. Barcelona: Editorial Labor S.A.
Clipijauskaité, B. (1990). Novela femenina contemporánea. 1970-1985. Barcelona: Anthropos.
Flusser, V. (1990). Hacia una filosofía de la fotografía. México: Trillas-SIGMA.
Madrid, A. (l990) .Ojo de pez. Caracas: Editorial Planeta.
Maldavsky, D. (l974). Teoría Literaria General. Enfoque multidisciplinario.  Buenos Aires: Editorial Paidos.